El 2021 no será fácil de olvidar. Un año en el que, en principio, salíamos de una crisis y en el que finalizamos todavía sin saber cómo hacerlo definitivamente. Parece que el camino que nos toca trazar sí o sí ha de ser diferente al que veníamos adquiriendo en estos últimos años. Queremos verlo con esperanza ya que tampoco auguraba nada bueno. Más de 15.000 profesionales de la comunidad científica así nos lo han venido diciendo en los consecutivos Avisos a la Humanidad (World Scientists’ Warning to Humanity: A Second Notice. William J. Ripple,at all; BioScience, Volume 67, Issue 12, December 2017, Pages 1026–1028) avisándonos de “la necesidad de un gran cambio en nuestra forma de cuidar la Tierra y la vida sobre ella, si queremos evitar una enorme miseria humana…”.
Parece que los gobiernos tampoco tienen muy claro cómo hacerlo tras los espectáculos de palabrerías en los que se han convertido los encuentros como la COP 26 de Glasgow.
Las empresas en su afán monetario miran poco más allá de sus propios beneficios.
La ciudadanía, en un automatismo necio de comprar y tirar no es capaz ni de mirar por su propia descendencia para asegurarse dejarles el mejor regalo que pudiera existir: la continuidad de la vida en la Tierra.
Y el tiempo corre en nuestra contra.
Por más que el sistema se aferra a una fórmula ya caduca de crecimiento infinito donde la propia palabra “sostenibilidad” desvirtuada ya se convierte fantasiosa en un planeta finito como éste. Un sinsentido en el que estamos abocados al fracaso como especie.
La TOMA DE CONCIENCIA vislumbra la única esperanza dentro de este borreguísimo en el que se ha convertido nuestra sociedad. «La toma de conciencia es la facultad de decidir, hacerse sujeto de los propios actos y responsable de lo que ellos se derive, según la percepción del bien y el mal (moral o valores éticos). La actividad consciente del ser humano, como sujeto social, está influida por el colectivo al que pertenece, toma en cuenta las posiciones de los demás, aceptándolas y asumiéndolas como propias, o bien contrastándolas. Configurando así su propio ideal de realidad, actuando como continuador y apoyo de la ideología dominante, o siendo un disidente total o parcial. Optará por guardar consigo ese sentir dilémico o combatirlo frente a la mayoría o grupo al que pertenece. En ese sentido, el “pionero” es quien se adelanta y realiza una acción o iniciativa al adquirir conciencia “a contracorriente” de la norma imperante, poniendo de manifiesto fallos éticos o consecuencias negativas para determinados grupos o personas. Sujetos excepcionales que concitan la adhesión de otros en un proceso de toma de conciencia similar.»
Y sí, los hay. Hay sujetos excepcionales que a contracorriente se han levantado del sofá, de su zona de confort, ya no sólo para comenzar una transición individual haciendo “su parte”, como la del colibrí del cuento queriendo apagar un incendio inmenso, sino la de tener la osadía de intentar nuevas fórmulas para extender estos nuevos hábitos hacia lo colectivo, en un intento de crear nuevos futuros más esperanzadores.
Desde MATER solo nos cabe apoyar esta labor y posibilitar un lugar de encuentro, para compartir y transformar, unidas frente a este gran reto, bienvenidas estas personas valientes a bordo, con las que podamos trazar nuevos rumbos, esperanzadores, desde y para las comunidades y desde ese viejo lema de activismo ambiental de “Piensa global y actúa local”. EKOPATRUILAK sigue en marcha, avante, rumbo a comunidades más sostenibles capacitando a nuevas personas sensibles y despiertas para que en red podamos construir nuevas fórmulas que acerquen nuevos y saludables hábitos a nuestras comunidades. Espacios desde donde alcemos la voz unidas contra las conductas impropias y a las abominaciones de destrucción de la naturaleza que se producen en nuestro entorno.
Este año, nuevos grupos de acción han sido puestos en marcha, en Málaga y Valencia con ayuda de LIBERA; más formaciones han sido desarrolladas con el apoyo del Gobierno Vasco y se han podido crear nuevos instrumentos que posibilitan esta labor pionera con ayuda de la Universidad del País Vasco y el proyecto OCEANi3 con Janire, Olatz, Ane e Irati aportando su visión interdisciplinar en psicología, pedagogía y comunicación.
Eskerrik asko a todxs. Todavía, hay esperanza.
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