Un año más, custodiando Jaizkibel-Ulia

El año 2024 ha sido un viaje inolvidable, repleto de momentos que han dejado huella en quienes formamos parte del seguimiento ambiental de Jaizkibel-Ulia.

Hemos participando en el programa AZTERKOSTA, una iniciativa que nos conecta con el proyecto europeo COASTWATCH y en la que participamos desde hace más de 20 años. Este programa, que promueve la participación ciudadana y la educación ambiental, nos permite conocer de cerca nuestro entorno costero y contribuir en su conservación.

Analizando la Costa: Ciencia y Acción

El programa «Analizando la costa» no es solo una iniciativa científica; es una invitación a conectar con nuestra naturaleza, a entenderla y a cuidarla. Durante 2024, esta labor ha unido a personas con una misma pasión: proteger la belleza y diversidad de nuestro entorno costero.

A lo largo del otoño, hemos llevado a cabo 6 actividades, de las cuales 5 se realizaron en Jaizkibel y 1 en Ulia. Desde la recolección de datos sobre la calidad del agua y la biodiversidad marina, hasta la identificación de especies invasoras y el seguimiento de residuos, cada acción ha sido un acto de amor por nuestro planeta. Porque sabemos que cada pequeño gesto cuenta y que en comunidad podemos marcar la diferencia.

Un futuro prometedor

A pesar de estos desafíos, seguimos trabajando con ilusión y compromiso para proteger nuestro litoral. Gracias a la colaboración con 4 entidades locales y a las 68 personas participantes, hemos realizado 6 actividades a lo largo de la costa de Jaizkibel-Ulia, recolectando datos valiosos sobre la calidad del agua, la biodiversidad y la presencia de basuras marinas.

Hemos retirado un total de 120 kg de residuos lo que equivale a 2586 items, demostrando una vez más la importancia de nuestra labor y confirmandoque las calas Alabortza y Azabaratza son puntos negros de acumulación de basura marina. Además, hemos identificado especies clave como el lavel marítimo de Euskadi Armeria Euscadiensis y el andarríos ahico Actitis hypoleucos, y hemos sido testigos de fenómenos naturales como el avistamiento del nudibranquio Felimare cantabrica y la liebre de mar Aplysia fasciata.

Resiliencia y nuevos desafíos en un mundo cambiante

Durante las últimas dos décadas, hemos sido testigos de cómo nuestro litoral ha evolucionado, enfrentando desafíos y mostrando una gran capacidad de recuperación. El trágico accidente del Prestige dejó una huella imborrable en nuestro paisaje, pero gracias al esfuerzo de muchas personas, poco a poco hemos visto cómo la naturaleza se regenera. Aunque las cicatrices del pasado aún son visibles, la vida marina ha vuelto a florecer en nuestras costas.

Sin embargo, nuevos desafíos han surgido en los últimos años. El cambio climático está alterando nuestros ecosistemas costeros, provocando un aumento de la temperatura del agua y cambios en la distribución de las especies marinas. Hemos observado cómo el alga roja Gelidium corneum, fundamental para nuestro ecosistema, está desapareciendo, mientras que otras algas de climas más calientes ocupan su lugar. Además, la contaminación por plásticos sigue siendo una amenaza constante. Nuestras actividades de limpieza han revelado que algunas calas, como Alabortza y Azabaratza, se han convertido en puntos negros de acumulación de residuos marinos. A pesar de estos desafíos, seguimos trabajando para proteger nuestro litoral y garantizar un futuro sostenible para las generaciones futuras.

La importancia de la educación ambiental

Para hacer frente a estos desafíos, es fundamental fomentar la educación ambiental (Día Internacional el 26 de enero). Conectar a la sociedad con su entorno e involucrarla en su cuidado a través del conocimiento y el amor por la naturaleza. Y no podemos olvidar la importancia de visibilizar a aquellas mujeres y niñas científicas, que participan cada año en esta iniciativa y que conmemoramos cada 11 de febrero.