Cada vez que nos acompañáis a una actividad de basuras marinas en el litoral de Jaizkibel-Ulia, en nuestras recogidas populares mensuales en la querida cala Alabortza, o cuando salimos a la mar a bordo de MATER recogemos cientos de plásticos del mar. Recogemos con nuestras manos los plásticos flotantes, sabiendo que solamente llegamos a retirar una pequeña parte de todos los que hay en la mar y muchas veces nos preguntáis ¿Y luego qué hacéis con todos estos plásticos? Los plásticos marinos pueden llevar décadas en el mar y en todo ese tiempo se han ido degradando, modificando sus características y albergando nuevos aditivos químicos y fauna y flora que los ha colonizado, hechos que todavía dificultan más su reciclaje. 

Por todo esto… Hace ya tiempo que empezamos a guardar plásticos marinos en MATER con la idea de buscar la manera de darles una segunda vida, que puedan seguir siendo recurso de sensibilización y de transformación de conciencias… Tenemos claro que hay que usar menos plástico, cambiar nuestros hábitos para que no siga llegando plástico al mar, pero con todo lo que hay ya… algo hay que hacer! ¡Y de aquí nació el proyecto Biribil! Conocimos a Ainhoa Garmendia, ingeniera de diseño y al equipo Precious Plastic de Tabakalera y nos contaron que ya estaban experimentando en el reciclaje artesanal de plásticos urbanos.

Contando con esta colaboración y gracias al apoyo del departamento de medio ambiente y obras hidráulicas de la Diputación Foral de Gipuzkoa, desde primavera de este año hemos estado trabajando en diferentes fases de este proyecto; probando diferentes máquinas del Medialab de Tabakalera y diferentes tipos de plásticos marinos de nuestra colección para entender cómo se comportan, con éxitos y derrotas, diseñando posibles productos de plástico reciclado … Un largo recorrido que nos ha llevado a conseguir una primera receta para dar nueva vida a los plásticos del mar.

Una mañana de mareas vivas de la semana pasada, retiramos 26 kg de basura marina con 50 adolescentes de Secundaria de Herria Ametsa; envoltorios de alimentos, pajitas, bastoncillos, trozos de plásticos degradados y un sin fin de plásticos que retiramos y llevamos a MATER para que en una segunda sesión, transformarlos en nuevos productos en talleres a bordo. Primeramente, seleccionaron los que más les gustaban para crear el “sándwich” de plásticos según la receta, los fundieron para crear láminas compactas originales y creativas en la estampadora y de ahí crearon pendientes, llaveros y pines en forma de GOTA DE ESPERANZA. Eran lágrimas del océano, ya que está llorando por la grán cantidad de plásticos que hay en él ¡Ya pronto habrá más plásticos que peces!…. pero ahora son gotas de esperanza, ya que simbolizan el poder de las personas en implicarse en construir un planeta limpio y sano. Son un recordatorio de que el cambio que necesita la Tierra está en todas y todos, tú puedes recoger basura, no tirar, reducir su consumo, reutilizarlo, y contagiar tu entusiasmo!

¿Quieres conocer este proceso y crear tus gotas de esperanza? Te invitamos a participar en el taller “Nueva Vida para los plásticos del mar” consultando nuestra agenda de actividades.

Sara Lizarza